Real Casino de Murcia, volumen 2: patio Árabe (C/Trapería, 18).
Traspasada la puerta principal de la calle Trapería, y superando un pequeño vestíbulo de estilo Neobarroco, se accede al brillante y magnético patio Árabe: un espacio a doble altura que nos da la bienvenida, y cuya espectacular decoración de estilo Neonazarí (inspirada en los salones reales de la Alhambra y el Alcázar de Sevilla), obra del artista Manuel Castaños, requirió más de treinta y cinco mil láminas de pan de oro para su conformación. ¡Viva el pan de oro, viva una pared bien recargada!
Además de la grandiosidad del volumen en sí mismo, son un conjunto de detalles los que hacen que este espacio sea realmente majestuoso: los arcos de herradura con su minuciosa decoración de inspiración islámica, el trabajo en madera de las carpinterías de las enormes puertas, los vidrios tintados de las puertas y de la cúpula, y una inscripción en lengua árabe que reza «nada más grande que Alá», la cual se repite a lo largo de todo el perímetro.
La sobresaliente cúpula estrellada que cubre el patio, en vidrio y acero, es la parte más alta de todo el edificio. Son destacables también las pechinas (los elementos arquitectónicos de las esquinas que resuelven el encuentro entre la base circular de la cúpula y el espacio inferior cuadrado que la sujeta), de una belleza inconmensurable.
Esta es, junto al Salón de Baile, la estancia más espectacular del Real Casino, en mi opinión. Cierto es que no soy objetivo, y es que si juntas oro, mucho oro (muchísimo oro) y ni una sola pared libre de recargadísima decoración, tienes la clave del éxito, ¡más por más es siempre más!