Catedral de Santa María, volumen 8. Puerta del Pozo (calle Oliver, s/n). Si en este momento nos preguntaran cuántos accesos tiene la catedral de Murcia, estoy seguro de que la gran mayoría de nosotros respondería que tres: el glorioso imafronte de Jaime Bort, obra maestra del barroco español; la gótica de Los Apóstoles, con su gran rosetón; y la plateresca de las Cadenas, telón de fondo de la calle Trapería. Meeeeh, ¡error! Nos falta una, queridos amigos, la cuarta, la más pequeña y desconocida de ellas, casi oculta a la sombra de la imponente torre catedralicia: se trata de la puerta del Pozo.
Esta puerta, toma su nombre del antiguo pozo que había justo delante, y que surtía de agua al templo. Se trata de una modesta puerta si la comparamos con sus hermanas, que da acceso a la girola (el corredor circular, tras el altar Mayor, que permite visitar las capillas sin interrumpir las ceremonias religiosas), a través de un sencillo pero elegante arco de medio punto.
Si os parece que ahora está escondida y pasa desapercibida, deberías de saber que hasta los años 80, junto a esta puerta existían las casas de los Sacristanes, un par de inmuebles de tres alturas que la arrinconaban aun más, ocultando parte del templo a la altura de la capilla del Rosario. ¡La otra puerta que veis a la derecha es la que da acceso a la torre!