La que anteriormente fue conocida como calle de los Espaderos, esta vía une las calles de San Pedro y Sagasta (antes conocida como calle del Val de San Antolín). Aquí se encontraba la puerta de la muralla conocida como ‘de Vidrieros’, la cual comunicaba la parte intramuros de la medina con el sur del Arrabal de la Arrixaca: la zona artesana de la Murcia medieval, que correspondería con el actual barrio de San Antolín.
Su nombre hace honor a la Virgen del Pilar, a la cual está dedicada la coqueta ermita situada en ella. La leyenda cuenta que el corregidor Pueyo promovió aquí su construcción a finales del siglo XVII, aprovechando un paño de la muralla como muro lateral, entre la misma y la antemuralla, en agradecimiento a la protección que una medalla de la Patrona de la Hispanidad le concedió parando un disparo tras un altercado con un bandolero, ocurrido junto a la puerta de Vidrieros.
Con el paso del tiempo, la puerta medieval pasó a ser conocida como arco del Pilar, el cual fue finalmente demolido en 1863. De aquella puerta nos queda la decoración que hoy está integrada en la fachada del pequeño templo: un gran escudo real, y dos más de seis coronas, además de algunas decoraciones con guirnaldas y pináculos. La calle toma desde entonces el nombre de la ermita, y nos recuerda la existencia de aquel arco hoy desaparecido, y de su leyenda.