Esta histórica calle situada en el límite entre los barrios de San Nicolás y Santa Catalina, une la plaza de Santa Isabel, antes conocida como plaza Chacón, con la calle San Benito (en su encuentro con la calle Riquelme). Una reforma contemporánea cambió su original trazado, convirtiéndola en una calle en forma de “Y”, comunicando su nuevo ramal, desde entonces, con la calle de la Magdalena. Curiosamente, aparece grafiada como calle de Vinadel (acabo en ele, y no en ene) en los planos de urbanización de finales del siglo XIX.
Esta enrevesada callejuela toma su nombre de una de las familias nobles que levantó palacio señorial en ella: los Vinader. De aquella casona, desafortunadamente, no queda ni rastro. Este linaje es reconocido porque, además de a esta calle, da nombre al bello palacio barroco de la plaza Julián Romea.
Se trata de una vía estrecha de las que heredan trazado medieval, que sin embargo, en su zona central dibuja un pequeño ensanchamiento que forma plaza de mayores dimensiones, en la que destaca una coqueta alineación de naranjos. Actualmente peatonal en gran parte de su trazado, es característico de ella su curioso pavimento de onduladas formas que combina los colores rojo y blanco.