La Murcia Desaparecida, volumen 45: Arco de Verónicas (calle Arco de Verónicas, s/n). Con motivo de las obras de construcción del nuevo alcázar castellano, mandado construir por Enrique III de Castilla, en el lugar que hoy ocupa el edificio Victoria y su entorno, la puerta de muralla conocida como “del Puente” quedó inutilizada durante un tiempo. Este hecho condujo al Concejo a mandar abrir un nuevo portillo en la muralla que resolviera temporalmente el problema.
Será en ese mismo momento cuando el rey establezca en Murcia una de las tres aduanas del Reino, marcando la ruta obligatoria que debían seguir los mercaderes, con paso obligatorio de todos ellos por esta puerta. Es así como surge su nombre: puerta de la Aduana, la más próxima a la Aduana Mayor del Almojarifazgo Real, lugar donde se cobraba este impuesto aduanero por el traslado de mercancías. Este impulso, potenciado por la cercanía del gran pósito municipal de grano (el Almudí), y el callejero mercado del Arenal (germen histórico del mercado de Verónicas), hicieron que el trasiego por ella fuera frenético.
El edificio que estaba situado sobre el arco, y que se desarrollaba hacia la parte izquierda de la foto (construido, por cierto, usando la muralla como muro) era el convento franciscano de Verónicas. Con la remodelación del convento a mediados de los años 40 del siglo XX, desaparece definitivamente el arco heredero de aquella puerta medieval, tomando la calle su actual fisionomía y el nombre en honor de aquel portillo.
Un comentario en «La Murcia Desaparecida, volumen XLV. Arco de Verónicas»
José Carlos , corrige cuando puedas el número de la publicación XLV.
Un saludo.