Bienes muebles catalogados, volumen X. María Santísima de las Angustias

María Santísima de las Angustias (Francisco Salzillo, 1740, iglesia de San Bartolomé).

La imagen titular de la Real, Muy Ilustre y Verenable Cofradía de Servitas de María Santísima de las Angustias, la cual procesiona cada tarde de Viernes Santo en la ciudad de Murcia, es una de las más destacadas obras cumbre de este genio escultor barroco. Curiosamente, esta es la primera de una serie de composiciones de la misma iconografía, como son las de San Mateo de Lorca (hoy desaparecida), Yecla, o Dolores (en Alicante). Sin embargo, ninguna de estas esculturas “hermanas” alcanza la brillante maestría de la original de San Bartolomé.

De un ritmo y naturalidad que sobrecoge, la escultura muestra el lamento de la Virgen angustiada a los pies de cruz, mirando al cielo con el hijo muerto sobre su regazo. Dejando a un lado la brillante expresión del dolor de la madre, lo que más impresiona de la composición es la talla desnuda de Cristo, con una representación anatómica excepcional en la que es perfectamente apreciable el peso inerte del cuerpo sin vida. Los angelotes que le besan las manos y llagas, terminan de componer el conjunto dotándolo de ternura y dramatismo a partes iguales.

Una más de las claves de esta obra es su fuerte significado teológico: el cadáver de Cristo, ya divino, no toca la tierra en ningún punto sino a través del sudario (ejecutado con un sinuoso juego de pliegues magistralmente tallados). Así mismo, la propia Virgen únicamente tiene contacto con él a través de la misma tela. En definitiva, una icónica obra en la que se conjuga la maestría escultórica y un potente significado simbólico.

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