#BarriosdeMurcia, volumen 2: Santa Eulalia.
El origen del barrio de Santa Eulalia está inserto en la historia de la medina islámica de Musriya. Se conoce que aquí se situó una mezquita de barrio y un importante cementerio, bordeados por la muralla que discurría al sur por la calle Cánovas del Castillo, y al este por la calle del Cigarral. La definitiva conquista cristiana conllevó la entrada triunfal de Jaime I de Aragón por la puerta de la muralla situada aquí (hoy centro de visitantes) y la consagración de la primigenia mezquita que allí encontró al culto cristiano, en honor a Santa Olalla (patrona de Barcelona). Es por eso que, durante siglos, la parroquia que hoy es el corazón del barrio fue conocida como ‘Santa Eulalia de los Catalanes’.
No se sabe con certeza si fue a raíz de la conquista cristiana o si ya habían formado su comunidad allí antes, pero aquí estuvo situado durante siglos el barrio judío (o judería), concretamente en los contornos de la plaza Sardoy, entonces conocida como plaza de la Sinagoga. Con la conquista también llegarán los monjes Trinitarios, quienes construirán su monasterio en torno a la ermita de San Blas, en el lugar que hoy ocupa el MUBAM y el colegio Andrés Baquero, que lo sustituyeron a principios del siglo XX con bellos inmuebles eclécticos, firmados por el arquitecto Pedro Cerdán.
La cercanía del campus de la Merced ha hecho que Santa Eulalia sea hoy el principal barrio universitario, siendo muestra de ello sus bulliciosas calles, ‘las Tascas’, epicentro de la animada noche nocturna murciana. Las populares fiestas de San Blas y la Candelaria, que se celebran en la plaza cada mes de febrero, demuestran el fuerte carácter de comunidad que este barrio tradicional tiene dentro de la ciudad. Cada Domingo de Resurrección, la iglesia y las calles se visten de blanco para celebrar la más alegre de las procesiones murcianas (con cortejo del demonio encadenado incluido): la procesión del Resucitado.