El Contraste de la Seda (plaza de Santa Catalina, 1) se levantó a principios del siglo XVII en la plaza de Santa Catalina, auténtico centro neurálgico de la ciudad en ese momento, para albergar varios usos, y pronto convertirse en el edificio civil más relevante de la vida murciana durante ese siglo.
Aquí se ubicaba el mercado de contratación de la seda, motor económico de la economía huertana durante siglos, fijándose su precio, y pagándose los impuestos relacionados con su distribución y venta. Además de estas actividades relacionadas con la seda, era la sede de la inspección del cambio de monedas de oro y plata, también la Sala de Armas de la ciudad, calabozo, archivo y, sala de reunión del Concejo (el órgano de gobierno de la ciudad) durante varios años.
Se trataba de un bellísimo edificio único en su estilo, pues se construyó en la singular confluencia estilística de finales del Renacimiento y principios del Barroco. En sus fachadas (tenía dos principales: una miraba a Santa Catalina, y la otra a la actual Plaza de Las Flores), destacaban los grandes escudos reales sobre los pórticos de entrada, y las placas conmemorativas de su inauguración. En su interior sobresalía el patio central arcado, trazado al estilo de los patios italianos.
Tras el declive de la industria de la seda, abandonado y herido de muerte, el Contraste fue derribado sin titubeos en 1933, desmontando los pórticos, placas y escudos de sus fachadas norte y oeste, y trasportándolos al Museo de Bellas Artes (calle Obispo Frutos, 12), donde hoy forman parte de su fachada. En su solar, a principios de los años 40, la todopoderosa aseguradora ‘Unión y El Fénix’, construye su sede en la capital murciana. En to lo jarto, su símbolo, Ganimedes (héroe troyano de la mitología griega) cabalgando al Ave Fénix, vigila cómo nos tomamos las cañas y las marineras.