El hospital de San Juan de Dios (paseo Teniente Flomesta, s/n) empieza su andadura a principios del siglo XVII, cuando el concejo de la ciudad cede a los hermanos de la Orden de San Juan de Dios la administración del Hospital General de la ciudad, que ya se encontraba situado aquí antes. Su importancia será vital a partir del siglo XVIII, cuando el aumento poblacional de Murcia y la Huerta, hará que se convierta en el hospital más importante del Reino de Murcia, además de ser el único lugar en el que depositar los niños abandonados, y tener la condición hospital cívico-militar (para atención de soldados enfermos).
Del edificio, que nunca tuvo carácter monumental, destacaba su enorme tamaño, y su aspecto de “Frankenstein”, resultado de numerosas reformas y ampliaciones sin proyecto definido, siendo la capilla, la verdadera joya de su arquitectura. La que había sido la iglesia de Santa María La Real y del Buen Suceso, pasó a ser la capilla del hospital de la Orden, y por eso, comenzó a denominarse como iglesia de San Juan de Dios. Fue profundamente reformada en el siglo XVIII, pasando de modesta capilla a majestuosa iglesia de estilo rococó (es lo único que queda de aquel conjunto hospitalario). Aquí se luce hoy la emocionante imagen del Cristo de la Salud (siglo XV-XVI), que se llama así por haber estado ubicado en este hospital.
La Orden Hospitalaria estará al frente del sanatorio hasta la desamortización del siglo XIX. A partir de ahí, pasará a ser simplemente el Hospital Provincial (o de Beneficencia). Finalmente fue demolido a finales de los años 50, para construir en su solar el que entonces sería nuevo edificio de la Diputación Provincial, ahora sede de la Consejería de Hacienda de la Región de Murcia.