La Murcia desaparecida, volumen 21: conjunto conventual y palacio de verano de Santa Catalina del Monte (calle de Los Caños, 25, Santo Ángel, Murcia). A mediados del siglo XV, el noble caballero Juan Mercader impulsa la fundación de la iglesia y convento franciscano de Santa Catalina del Monte, al que lega a su muerte todos sus bienes.
A finales del siglo XVIII, en el entorno de este convento, el Obispo Victoriano López Gonzalo manda construir el palacio episcopal de verano (el invierno en Belluga y el verano en la sierra, como tiene que ser). Desde ese momento, el conjunto arquitectónico comprendió el convento franciscano y su iglesia, el palacio de verano del Obispo, el jardín, y el huerto. Lamentablemente, con el estallido de la Guerra Civil en 1936, el convento es asaltado y destruido casi por completo (la imagen corresponde a ese momento). Del convento y la iglesia apenas quedaron en pie unos muros, y el palacio de verano fue seriamente dañado. Lo que fue el palacio, ahora reconstruido, acoge desde ese momento a la comunidad franciscana que antes habitó el desaparecido monasterio.
De lo que queda del conjunto destacan: los escudos de armas de la familia Mercader, los fundarores; escudo del Obispo Francisco Landeira Sevilla, que hizo reparaciones a mediados del siglo XIX; y la lápida adosada al muro norte con la siguiente inscripción: “A el ilustrísimo Sr. D. Victoriano López Gonzalo. Digno Obispo de Cartagena que con mano liberal y generosa amplificó este Convento (…). Año 1793”.
En el jardín se conservan una serie de columnas de mármol blanco con capiteles jónicos, procedentes del claustro del desaparecido convento del Carmen. Desde el siglo XVII, se realizaba una tradicional romería para bendecir la simiente del gusano de seda, tradición que se recuperó hace unos años.