Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos (Ramón Cuenca Santo, 2013, iglesia de Santa Catalina).
Aunque esta preciosa imagen del escultor alicantino Ramón Cuenca es una de las más modernas tallas de la Semana Santa de Murcia, el culto a la advocación de Nuestra Señora del Rosario hunde sus raíces al menos en el siglo XVIII, cuando se veneraba una imagen anterior en este mismo templo de Santa Catalina, la cual fue lamentablemente destruida durante la Guerra Civil.
Esta talla representa la soledad y desconsuelo de la Virgen en el aposento del Cenáculo, quien arrodillada, ora y lamenta, durante la jornada del Sábado Santo, los sucesos dramáticos sucedidos durante la Pasión de su hijo. Una rotunda armonía y belleza se deprende de esta fina y delicada escultura, en la que la encarnación (pintura de la carne) y el luctoso atuendo procesional al estilo “viuda castellana”, hacen que se haya convertido en una de las virgenes más carismáticas de entre las murcianas, a pesar de su “juventud”, y sin duda, en una de las obras más icónicas de este escultor.
La Muy Ilustre y Venerable Cofradía del Santísimo Cristo de la Caridad, que saca su principal cortejo a la calle cada Sábado de Pasión, repite en la tarde del Sábado Santo con una procesión con esta imagen como protagonista. Como siempre he creído y así manifiesto: el arte no entiende de épocas ni estilos, y esta maravillosa pieza ya forma parte del más insigne elenco de la escultura sacra murciana. Por suerte, queda demostrado que a la creación artística de máximo nivel en torno a la Semana Santa le queda mucha vida por delante.