La Murcia Desaparecida, volumen 62: Central Lechera Murciana (avenida de Alicante, 2, km 5, Monteagudo, Murcia).
En 1952 se aprobó el ‘Plan de Centrales Lecheras’ con el objetivo de regular la higienización y el abastecimiento de un producto tan básico e importante como era la leche. En ese contexto, en 1969 se inauguró la sede de la Central Lechera Murciana, la cual pasaría a ser un importante elemento del tejido laboral y social de la pedanía de Monteagudo.
Obra de los arquitectos Daniel Carbonell Ruiz y Juan Luis Gastaldi Albiol, y del ingeniero Santiago Matallana Ventura, se trataba de un perfecto ejemplo de la arquitectura del Movimiento Moderno (o Racionalismo) en la que destacaba su fuerte carácter funcional y el uso de elementos constructivos prefabricados. En su fachada principal, sobresalía su gran muro cortina (la fachada acristalada, autoportante y ligera), que supuso una novedosa técnica constructiva en la Murcia del momento.
Aquí se fabricaba, entre otros productos, la popular leche “El Prado”. A finales de los años ochenta, El Prado se fusionó con Industrias Lácteas Cervera, pasando a comercializar marcas tan conocidas como la horchata “Chufi” o el batido de chocolate “Choleck”. Tras años de buen rendimiento, en 1999 se produce su cierre definitivo. A pesar de su reconocimiento como elemento clave de la arquitectura moderna en la Región de Murcia e incluso estar inscrito en conocidas listas de patrimonio industrial del siglo XX, el edificio finalmente se derribó en 2021.
La Central, ya seriamente abandonada, antes de su derribo en 2021. Imagen extraída de: https://www.laverdad.es/murcia/ciudad-murcia/clasicos-letreros-comercios-murcia-fueron-retirados-20210926215606-ga.html#imagen1
Para ampliar información:
https://www.laverdad.es/murcia/ciudad-murcia/vacio-pasado-industrial-20210717010104-ntvo.html
Un comentario en «La Murcia Desaparecida, volumen LXII. Central Lechera Murciana»
Lástima haber perdido este edificio tan singular, icono de la arquitectura moderna en Murcia. Lamentablemente es algo habitual no dar el valor que merece a la arquitectura de principios y mediados de siglo XX. Hace poco se perdió el edificio de la subestación eléctrica de Lorca (a pesar de que el Plan de Paisaje proponía conservarlo), y también se remodeló de forma muy desacertada la bonita casa de Miguel Fisac en Mazarrón, perdiendo su imagen original.