Santuario de Nuestra Señora de la Fuensanta, volumen 1: la iglesia (Algezares, Murcia).
En la sierra de Carrascoy, ya considerada como enclave sagrado para las primeras civilizaciones (aquí mismo se ubica el Santuario Ibero de la Luz y la Basílica Paleocristiana de Algezares, por ejemplo), se cuenta que la Virgen María hizo brotar la Fuente Santa que dio nombre a la advocación, y así fue como la talla que hasta entonces se llamaba ‘Virgen de las Fiebres’ (imagen del siglo XV, con rostro del siglo XVIII y niño atribuido al genio Salzillo) pasó a llamarse ‘Virgen de la Fuensanta’. En el siglo XVII, dada la creciente devoción de la talla, se decide construir el gran templo que vemos hoy sobre antigua y modesta ermita.
La fachada, con torres gemelas, es de Toribio Martínez de la Vega, con escultura central de Bort (ambos trabajaron en el Puente Viejo). El interior es completamente de posguerra, , con relieves y esculturas de González Moreno, y cúpula pintada por Pedro Flores. El barroco altar Mayor original, de Antonio Dupar del siglo XVIII, fue destruido en 1936, en la contienda civil española, cuando el templo pasó a ser almacén de pólvora). El actual es obra de Antonio Carrión Valverde y Nicolás Prados.
Se salvó de milagro la venerada imagen de la Patrona de Murcia y de su huerta, la cual lo es desde el siglo XVIII (antes lo era la de la Arrixaca) tras una romería en la cual diluvió (y hasta nevó, se dice, se comenta, se rumorea) acabando con una devastadora sequía, hecho que hizo que el pueblo fervoroso reclamara el patronazgo de ‘la Morenica’.
La arquitectura no es ella descontextualizada, sino su relación con el entorno, y todo el que haya podido acudir aquí, conoce la magia que guarda este lugar. ¡Todo el mundo debería ver un atardecer tomándose una caña en el Quitapesares alguna vez en la vida!