#CallesdeMurcia, volumen 22. Calle Sacrístia de San Miguel.
El nombre de esta estrecha calle hace referencia al habitáculo que enfrenta al fondo: la sacristía de la iglesia de San Miguel, el lugar de esta parroquia donde se revisten los sacerdotes y están guardados los ornamentos pertenecientes al culto. La vía unía la calle de la Acequia, hoy Acisclo Díaz, con la de Santa Teresa, de la que es perpendicular, cuando en la trama urbana aún no existían las actuales calle Luis Braille y plaza del Cristo de la Misericordia.
Curiosamente, la calle de la Sacristía no se conocía así popularmente, y es que aquí se encontraba antaño un pequeño cementerio ligado a la parroquia del arcángel. El alto nivel freático (profundidad a la que el agua está reposando acumulada en el subsuelo), debido a la cercanía del paso de la acequia Mayor Aljufía por las inmediaciones, hacía que cada vez que las lluvias eran algo intensas, afloraran a la superficie inesperados huesos de alguno de los habitantes del camposanto. Los murcianos, siempre ácidos en sus motes, llamaron a la calle ‘de las Calavericas’, no hará falta explicar con más detalle el porqué de tal sobrenombre.
Por cierto, también debido al paso de la acequia Mayor, y sus filtraciones, en 1864 la torre de la iglesia de San Miguel se derrumbó sobre la nave, dañando el crucero y presbiterio de la iglesia. Afortunadamente se pudo salvar su altar mayor, obra maestra de la retablística barroca en España.