#BarriosdeMurcia, volumen 4: San Antolín.
El origen del barrio de San Antolín se sitúa en la Murcia islámica de los siglos XI-XII, cuando el crecimiento demográfico desencadenó la necesidad de expandirse más allá de la ciudad amurallada. Surgió así el arrabal murado de la Arrixaca, que abrazaba la vieja medina por sus flancos norte y oeste, conformando los barrios de San Miguel, San Andrés y San Antolín. La proximidad del río y su agua (un antiguo meandro, hoy corregido, bordeaba la ciudad por el oeste), y la necesidad de una zona donde instalar los sucios y ruidosos talleres artesanos, hicieron que desde antaño este barrio fuera el “obrero” por antonomasia: las calles de Vidrieros, Carniceros, Turroneros o Alfareros, son los testigos en el actual callejero.
Con los cristianos no se perderá este carácter artesano, y comenzarán además a cultivarse las eras de Belchí: terrenos de cultivo situados entre el sur del barrio y el río, germen de los actuales huertos y jardines del Malecón. La construcción de este muro de contención, a partir del siglo XV, alivió en parte las devastadoras consecuencias de las crecidas del impetuoso Segura, que arrasaban el barrio una y otra vez. En el XVIII llegarán las Teresas y su monasterio carmelitano descalzo, y se renovará la iglesia parroquial en un imponente estilo barroco, que sin embargo, mostraba los primeros signos del que sería el futuro y refinado estilo Neoclásico.
La nefasta Guerra Civil dinamitará la iglesia, que será reconstruida en la segunda mitad del siglo XX. El Desarrollismo de los años 50 acabará con la imagen tradicional de este barrio, y abrirá su actual arteria principal, el eje García Alix-Juan de la Cierva. Cada Lunes Santo, el barrio vuelve a ser más barrio que nunca, cuando desde su iglesia sale en procesión la Cofradía del Perdón, refundada aquí en el siglo XIX. Por cierto, San Antolín tiene otro honor: aquí tuvo su origen, en 1851, la fiesta más popular de entre las murcianas: ¡Viva el Entierro de la Sardina! ¡Viva Murcia!