Real Casino de Murcia, volumen 5. Fachada principal (Calle Trapería, 18). Como ocurre con la mayoría de las arquitecturas, el Real Casino no es estático en el tiempo, y ha ido evolucionando hasta adoptar la imagen de la que disfrutamos en la actualidad. Así, aunque la Sociedad del Casino se fundó en 1847, no será hasta 1853 que se inaugure este maravilloso edificio, y hasta 50 años después de eso, en 1902, que se concluya esta sobresaliente fachada principal de estilo ecléctico-modernista, posiblemente la obra de arquitectura más icónica de principios del siglo XX en la ciudad de Murcia. La ejecutará Pedro Cerdán, el mismo arquitecto autor del mercado de Verónicas, entre otras importantes obras. Le ayudará con la sobresaliente escultura el sevillano Manuel Castaños.
La fachada, perfectamente simétrica, se estructura en tres cuerpos principales. El primero, un zócalo recubierto de piedra roja (de Cehegín). En el segundo, destaca la puerta principal, con la cara de la Libertad, escoltada por dos cabezas de león (a modo de ménsulas que sujetan el balcón central), y unos angelotes que sujetan el cartel donde podemos leer ‘Casino’. A ambos lados de la puerta, las dos ‘peceras’, salas de tertulia acristaladas hacia la calle, con grandes vidrieras partidas únicamente por una columna de fundición en el centro, (los trabajos en madera de las carpinterías son una locura). El tercer cuerpo, la planta alta, está claramente presidida por el balcón central, y la dos cariátides (estatuas de mujeres que sujetan el frontón central). En esta planta la decoración es más densa y recargada, con más presencia de piedra y menos cristaleras.
Es difícil condensar la información cuando uno trata de describir semejante obra de arte, llena de delicados detalles que fusionan arquitectura y escultura del más alto nivel. ¡Esta es, sin duda, una de las grandes joyas patrimoniales de nuestra ciudad!