El convento de San Jorge, o de la Madre de Dios (calle Madre de Dios, s/n) fue un convento de monjas Justinianas fundado a finales del siglo XV frente a los Baños Árabes, que tomaron el mismo nombre. Aquel modesto convento primigenio se amplió a finales del siglo XVII, construyéndose su iglesia en estilo Barroco. No hay imágenes conocidas de la fachada de la iglesia, la única que se conserva es esta, en la que aparece la modesta fachada lateral que daba acceso al convento, en la que la sola decoración era el escudo de la orden sobre la portería.
De la iglesia destacaba su peculiar torre, con cierto aire a pagoda asiática, ¿no os parece?, salpicada de ventanas con celosía, y cubierta a cuatro aguas, que sobresalía sobre los viejos tejados de la ciudad. Del del ricamente decorado altar mayor, cuando ya había comenzado su demolición.
La desaparición de este convento se produjo en dos fases cercanas en el tiempo. En 1935, las monjas venden el ala oeste del convento al exitoso empresario José Coy Cerezo, que construirá sobre el solar, el vanguardista ‘Edificio Coy’, el primer edificio en estilo racionalista de la ciudad, encargándole el diseño al arquitecto Gaspar Blein. En el verano de 1936, poco después del comienzo de la Guerra Civil Española, lo que quedaba del convento es asaltado y saqueado, destruyéndose casi por completo. Finalmente es derribado ese mismo año.
Al finalizar la guerra, las monjas venden el solar, que permanecerá vacío, con la idea de ir abriendo paso a la futura Gran Vía, ya por entonces planeada, que finalmente se construirá en los años 50, veinte años después. Esas monjas tienen hoy su convento en el barrio Infante Don Juan Manuel, junto al parque de Bomberos, donde se conservan importantes pinturas y esculturas (destacando algún Salzillo) que se pudieron salvar de la guerra civil española.