La Murcia Desaparecida, volumen 37: el claustro de la Catedral de Murcia (calle Escultor Nicolás Salzillo, s/n) fue construido en estilo gótico en el siglo XIV, siendo, junto a la Sala Capitular, la parte más antigua del templo que se conserva. De planta cuadrada y de una única altura, en origen estaba compuesto por cuatro galerías porticadas, repletas de altares. Durante los siglos XVII y XVIII fue modificada, añadiéndose una segunda planta, y abriéndose o cegándose huecos, para aprovechar y ventilar espacios, sin alterarse la fisionomía original de aquel primer patio central.
Corría el año 1942, cuando el Cabildo Catedralicio, con el fin de aprovechar ese espacio (que se venía usando como un burdo almacén) y rentabilizarlo mediante el alquiler, decide construir ocho bajos comerciales, con mayor fondo edificatorio del que el claustro primigenio disponía, destruyendo por tanto los arcos originales que daban al patio, así como su fisionomía cuadrada. Por si fuera poco, se decide diseñar catorce arcos en la fachada exterior norte y oeste, lo que conocemos como “los Soportales”, para dar acceso a los nuevos bajos a través de un elegante pasillo porticado. Aquí no acaba la tropelía, y en 1946 se añade una planta más, con once viviendas para canónigos, completando las tres que lo componen en la actualidad.
El ala sur de aquel claustro, la menos alterada de todas ellas, es ocupada hoy por el Museo de la Catedral de Murcia, con su impresionante colección de Arte Sacro. ¡Es una visita obligada!