La Murcia Desaparecida, volumen 56: palacete y finca Villahazar (Beniaján).
Herederas de las fincas agrarias controladas por las casas-torre de la aristocracia barroca, las villas y palacetes de la decimonónica burguesía agrícola murciana se desarrollaron por la Huerta de Murcia entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX, con la misma función de las anteriores: eran palacetes de recreo de los señores y centros de control de los cultivo que las circundaban.
Ligada a la ilustre e influyente saga familiar de ‘los Viudes’ (familia Guirao-Viudes-Girada), quienes ocuparon relevantes cargos políticos además de destacados papeles en el mundo empresarial y científico, la Villa Azahar fue levantada a finales del siglo XIX en las proximidades de la estación de ferrocarril de la pedanía de Beniaján, con el fin de controlar una de las grandes fincas de cítricos propiedad de la familia.
Por su evidente semejanza estilística con la Casa del Reloj (situada en San Pedro del Pinatar) su autoría se ha atribuido al arquitecto Pedro Cerdán, autor de otras importantes obras como la fachada del Real Casino, el mercado de Verónicas, o la Casa del Pino en Santo Ángel. De un pintoresco estilo modernista, destacaba su singular torre rematada con tejado cónico.
La villa desapareció a causa del devorador desarrollismo urbanístico de los años 50 del pasado siglo. Los Viudes eran también propietarios de la desaparecida Casona Viudes, situada en el Rollo (Barrio del Carmen) de la que únicamente nos queda el jardín de la casa, hoy parque público. Podéis conocer este otro caso de lamentable destrucción patrimonial en el volumen 44 de la Murcia Desaparecida.