La Murcia Desaparecida, volumen 57: los porches del Almudí.
El Almudí, erróneamente denominado “palacio”, tiene su origen en el siglo XV, siendo la rehabilitación del siglo XVI de la que procede su bella fachada con escudos. Su función fue la de albergar la sede de la principal alhóndiga pública: el almacén de grano destinado a la compraventa, medida y peso para el control del cereal. El edificio se reedificó de nuevo a comienzos del siglo XVII tras quedar destruido por un pavoroso incendio.
En el siglo XVIII se encarga al arquitecto de moda, Jaime Bort, que por entonces trabajaba en la construcción del imafronte catedralicio de Santa María y del el Puente Viejo, la obra de dos porches adosados al Almudí, a cada uno de los lados de la puerta principal de entrada. El tradicional mercado que se venía realizando en el plano de San Francisco, delante del pósito, usaba estos espacios como soportales para la venta del grano. Se trataba de dos soportales de planta rectangular de sencilla traza, con cinco arcos de medio punto en el lado más largo, y uno gran arco en el lado corto.
A principios del siglo XX el estado de los porches era lamentable, sumado esto a que su función como soportales del mercado ya había quedado obsoleta, pues el edificio era la sede de la Audiencia Judicial. Se decide derribar el primero de ellos en 1910. Sin embargo, el segundo porche permanecerá en pie hasta mediados de los años 30.
Vista del plano de San Francisco desde uno de los arcos del porche. Al fondo, el desaparecido convento de San Francisco, y delante, el mercado de Verónicas.
Obras de demolición del primer porche (1910). El otro estará en pie hasta mediados de los años 30 del siglo XX.
A las puertas del Almudí se celebraba el mercado del plano de San Francisco, donde los porches eran utilizados como soportales para la compraventa.