Catedral de Santa María, volumen 13. Capilla de Los Vélez, exterior (plaza de los Apóstoles, s/n). A finales del siglo XV, Don Juan Chacón, noble murciano, Adelantado Mayor del Reino de Murcia, comienza la obra de su propio enterramiento y el de su familia en una de las capillas de la catedral de Santa María. La obra la terminará su hijo, Pedro Fajardo y Chacón, I Marqués de Los Vélez, que debido a su título nobiliario, da el nombre a la capilla. La más famosa de las capillas murcianas, dedicada a San Lucas, reúne en sí los mejores retazos del último gótico y los primeros atisbos del estilo renacentista-plateresco, siendo una de las grandes joyas patrimoniales del Levante español.
Mientras que al interior no le falta un perejil, el exterior es más sobrio y rotundo: enorme volumen y paredes lisas, casi sin ornamento. En la primera altura, sobresale el enorme escudo de la familia Chacón flanqueado por salvajes. Encima, la maravillosa e icónica cadena esculpida, con su mágica leyenda del escultor arrebatado de sus ojos, sus manos y su lengua para no concebir obra igual nunca más. En el cuerpo superior, de nuevo, tres escudos, ésta vez representando la fusión del linaje entre los Chacón y los Fajardo, rodeados de bellas florituras esculpidas.
Resulta que el señorito marqués era más chulo que ‘El Puntas’, y se vino a enfrentar con el Obispo de Almería por una cuestión de intereses comerciales del negocio de la lana, y éste lo excomulgó. ¿Qué significó esto? Después de construir ésta pedazo de capilla como enterramiento, no se pudo enterrar aquí. ¡Pedrito, con la iglesia hemos topao’!