Plaza de los Apóstoles

La plaza de Los Apóstoles toma su nombre de la magnífica puerta gótica del mismo nombre, que asoma a este espacio urbano, y que es la más antigua de la catedral murciana. En ella, Santiago, San Pedro, San Pablo y San Andrés controlan el tránsito de los murcianos desde el siglo XV, bajo ese bello y recargadamente decorado arco conopial. 

En esta plaza compiten en protagonismo la citada puerta, y las dos capillas más importantes del templo: la capilla de Junterón y la capilla de Los Vélez. La primera, por su deliciosa decoración renacentista con influencias italianas del Cinquecento; la segunda, por su poderío, su sobresaliente volumen y su famosa y legendaria cadena de piedra. ¡Qué catedral tenemos! ¡Qué maravilla!

Siempre bajo la sombra de la inhiesta torre (que no nos abandona) y siguiendo la estela de la alineación de naranjos que cada mes de marzo perfuman de azahar la plaza, llegamos al ensanchamiento donde, además de la ya nombrada capilla de Los Vélez, destacan, para completarla, algunos ejemplos de palacetes de los siglos XVIII, XIX y principios del XX.

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