La plaza San Pedro no es en realidad una plaza, sino un pequeño ensanchamiento que la calle San Pedro hace justo delante de la preciosa fachada de la iglesia parroquial del mismo nombre.
En este lugar se producía la bifurcación de la antigua calle del Zoco, que los cristianos llamaron calle Real, y que durante la época islámica fue el principal mercado lineal de Mursiya. Próxima a esta plaza de encuentra la unión de las calles San Nicolás y San Pedro, que conducían a las puertas norte (del Zoco), y este (de Vidrieros) de la ciudad medieval amurallada. Sumado a esto, junto a esta plaza, donde hoy luce la popular plaza de las Flores, se encontraba la Real Carnicería (mercado municipal de la carne) y cerca de ella, el Contraste de la Seda (centro comercial de la seda murciana), siendo por tanto esta plaza un nudo vital para el tránsito y circulación del comercio de la ciudad. ¡Imaginad el trajín constante de carros y personas!
El edificio protagonista es, sin duda, la iglesia parroquial de San Pedro, de exquisita fachada en transición entre el Renacimiento y el Barroco (es mi fachada favorita, ¡la amo!), con esculturas de San Pedro y San Pablo a cada lado, vigilando el cotarro. También destaca la torre campanario, extrañamente alejada y girada con respecto a la fachada, acaso por estar construida en base al minarete de la mezquita de época islámica que estuvo situada en este mismo lugar. Alguna que otra terraza para tomar cañitas completan la imagen de esta ‘plazica’.
De aquí parte y aquí se recoge, en la primaveral noche del Domingo de Ramos, la procesión de la Esperanza, que con varias tallas de Salzillo, cubre de ¡verde, que te quiero, verde! las calles de la ciudad de Murcia.