#CallesDeMurcia, volumen 31. Calle Jara Carrillo.
El callejero murciano ha sido prolífero en cuanto a los nombres con los que esta vía ha sido bautizada. En la Mursiya islámica, la calle formó parte del antiguo zoco islámico, el camino de comunicación este-oeste más importante de la ciudad medieval, que unía las puertas de Orihuela con las del Zoco y Vidrieros, ubicándose en ella la mayoría de los comercios. Tras la conquista, y debido la llegada de la Inquisición a la ciudad en el siglo XV, el antiguo Alcázar de Enrique III de Castilla, situado aquí, fue ocupado por esta institución, pasando a ser conocida la calle como ‘de la Inquisición’.
Ya en el siglo XIX, con la desaparición del tribunal religioso, tomó el nombre de ‘calle del Crédito Público’, por instalarse aquí la sede estatal de la Administración de Rentas Públicas. A finales de ese mismo siglo, dos acontecimientos relevantes la volvieron a bautizar, esta vez por partida doble: la visita de la reina Isabel II a la ciudad en 1862, y la muerte del ilustre poeta vallisoletano José Zorrilla en 1893, merecieron su renombramiento como ‘calle del poeta Zorrilla’ y ‘calle de la Reina’, al cincuenta por ciento.
Finalmente, y en homenaje a su muerte ocurrida en 1927, la calle se dedicó al maestro, poeta, periodista y político Pedro Jara Carrillo, nacido en Alcantarilla, quien es considerado uno de los ‘padres’ de la Universidad de Murcia. Su importantísima labor periodística, su maestría en la poesía y su afán político por mejorar y embellecer Murcia, han hecho que pase a la historia como uno de los murcianos más ilustres del siglo XIX y XX en la ciudad. Como curiosidad, Jara Carrillo vivió y murió en el palacete Ponce, casona situada al inicio del paseo del Malecón, hoy rehabilitada. Su estatua homenaje decora el jardín de Floridablanca.